Más de 1.500 kilos de publicidad en papel se distribuyen por mes en la zona céntrica de la ciudad de Santa Rosa (La Pampa, Patagonia Argentina). Las casas de venta de electrodomésticos, súper e hipermercados son los comercios que más utilizan este medio. Más de la mitad de los santarroseños no quiere recibir este tipo de publicidad.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., flamante ingeniero en Recursos Naturales, realizó una investigación para su trabajo de tesis sobre la publicidad “puerta a puerta” que se realiza en Santa Rosa. Comprobó que en la capital pampeana se distribuyen cada 30 días 63.450 folletos, lo que representa un total de 1651,6 kilogramos. Si se tiene en cuenta que un vehículo utilitario, tipo furgón, pesa alrededor de 1.700 kilogramos, el total equivale a una camioneta cargada de papel por mes (y que no siempre llega a destino).
En un año se reparten 761.410 folletos con un peso total de 19.819 kilogramos. |
Anualmente se distribuyen, solo en el área de estudio, casi veinte toneladas de papel publicitario. Se necesitan 4.5 toneladas de papel para construir un muro de casi 4 metros de altura que una Usuahia con La Quiaca, por lo que con el papel publicitario que se utiliza en Santa Rosa durante un año se podrían construir casi cuatro muros de esa extensión.
Trabajo de tesis
Sebastián Ahumada configuró un área de estudio (zona Centro, barrio Fitte y Villa Santillan) en la que se establecieron 100 puntos de recolección. Durante 30 días, en dichos puntos, se recolectó la publicidad en papel que llegaba. Así determinó el volumen de publicidad que reciben los vecinos en un mes.
Con el objetivo de examinar la percepción de la población, respecto de la publicidad impresa, Ahumada diseñó un cuestionario que evalúa la eficiencia de este tipo de publicidad. El 64 % de los consultados dijo que no los ayuda a decidir una compra y el 79% reconoció que lo tira a la basura. También se preguntó a los encuestados si prefería seguir recibiendo dicha publicidad: el 52% respondió que “no”.
El autor del trabajo también diseñó un cuestionario para los comercios que aplicó en 12 establecimientos. El objetivo era indagar sobre la periodicidad con la que se repartían los folletos y el tipo de papel que se utilizaba. La mayoría de los comercios coincidieron en que el reparto se hacía mensualmente, mientras que una sola firma reconoció hacerlo de manera semanal o quincenal. De los doce comercios encuestados, solo tres dijeron utilizar material reciclado.
Propuesta
Ahumada sostiene que es “imperante” regular la actividad, con el objetivo de “disminuir la basura en las calles y hogares, la saturación de publicidad, el uso indiscriminado de papel y el taponamiento de los desagües pluviales”, entre otras problemáticas. El autor del trabajo propuso que la tesis sirva como plafón para la elaboración de una ordenanza que reglamente este tipo de publicidad. Dicha normativa debe ser elaborada, de acuerdo a Ahumada, con “criterios restrictivos sobre la actividad”, fortaleciendo los controles y previendo “medidas correctoras, sancionadoras y reparadoras”.
Texto: Martín Kardaz
- Publicado en Suplemento ECO en marzo de 2015.